Exposición

En 1951 Vela Zanetti recibe el encargo de la Fundación John Simon Guggenhein para realizar un mural en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York. En esta fecha las heridas de la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial todavía estaban latentes, por lo que supuso una gran oportunidad para reflejar en él sus máximos ideales sociales. Vela entendía que su cometido era difundir los Derechos Humanos y todo aquello que las guerras y el odio no podrían destruir. Por ello, creó una obra contra los genocidios y a favor de construir una paz apoyada en la democracia, la cultura, el trabajo y la familia bajo un entorno social universal.

El mural de los Derechos Humanos tiene una lectura cronológica de izquierda a derecha. Representa un espacio irreal, una mirada sobre la destrucción y posterior reconstrucción del mundo. Además, los niños son el nexo de unión entre los distintos temas planteados en el mural, ya que ellos son las principales víctimas y al mismo tiempo la esperanza del nuevo mundo.